Segundo dia en Györ.
Os saludamos nuevamente desde esta bonita ciudad de Györ, donde estamos
disfrutando de sentirnos hijos del Dios de toda la tierra, de todos los pueblos,
que nos invita a llamar a la puerta abierta de su corazón para desbordar en
nosotros su Misericordia y hacernos capaces de colaborar con Él en su proyecto
de renovar nuestro mundo con su Amor compasivo y misericordioso.
Hoy hemos entrado en contacto con la cultura de este pueblo húngaro que nos
acoge, con la hondura de su Fe, con la dureza de su historia marcada por las
invasiones.
Hemos visitado la ciudad: su basílica en el inicio una iglesia románica,
devastada sucesivamente por los distintos invasores y sucesivamente
reconstruida por la tenacidad de este pueblo; el palacio episcopal, donde el
obispo Apor Vilmos, ahora beato, que da nombre al internado en que nos
hospedamos y que marcó profundamente la vida de esta ciudad, fue asesinado por
unos soldados rusos en 1945.
Hemos visitado las estancias subterráneas, donde durante
la segunda guerra mundial, dio refugio primero a numerosos judíos para
defenderlos de la Gestapo y después a todas las mujeres de la ciudad para
evitar que cayeran en manos de los soldados rusos, durante la ocupación rusa.
Hemos celebrado la Eucaristía en la basílica con el obispo auxiliar de
Budapest, monseñor Székely János. Su homilía nos ha impactado, un nuevo
testimonio de la Fe profunda de este pueblo en medio de la continua
persecución.
Finalizamos el día con un festival de danzas húngaras: acabamos cansados,
pero contentos.
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