Tercer día en Györ
Seguimos en Györ,
descubriendo el proyecto del Padre para todos los pueblos: una Familia de hijos
y de hermanos en Jesús, el Señor.
Empezamos la
jornada, como cada día, con la oración todos juntos. Siguió la reflexión por
grupos lingüísticos: salir de la indiferencia para hacernos hermanos de cada
persona que cruzamos en nuestros caminos, esa es la invitación del Dios de la
Misericordia que se nos ha manifestado en Jesús.
Él se acerca compasivamente a
todos, sin juzgar a nadie; se implica para levantar al caído, al que se queda
al margen, ofreciendo siempre y sin condiciones el perdón. Jesús es la Puerta
de entrada en el Corazón Misericordioso de Dios. Por eso, la Eucaristía, la
iniciamos pasando por la puerta de la Misericordia, pidiendo ahí las fuerzas para
poder vivir el Reino.
Siguieron los
talleres con temas diversos, y la ocasión de hacer experiencia de la
Misericordia a través del Sacramento de la Reconciliación. Previamente se nos
había invitado a identificar todo aquello que no nos deja ser nosotros mismos,
que nos esclaviza y nos impide desplegar la capacidad de amar que Dios ha
puesto en nosotros.
El culmen de la
jornada ha sido la Vigilia de la Misericordia: un espectáculo de música, arte,
luces para tomar conciencia de la Presencia del Resucitado en medio de
nosotros, rompiendo las barreras que levantan nuestros miedos, invitándonos a
entregarle nuestras máscaras y ofreciéndonos su paz. Ante la Presencia de Jesús
Eucaristía hemos pedido la Paz para nuestro mundo: nos había llegado la noticia
del atentado de Münich… Al Señor de la Paz, que nos ha dado su Espíritu le
pedimos que ponga su paz en nuestros corazones para que la podamos construir y
contagiar a nuestro alrededor.
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